Pesados todos

lunes, 15 de febrero de 2010
Con esto del parto está todo el mundo en ascuas, y eso llega a poner más negro que esperar el propio parto:

-Mi hermana mayor, residente en Granada, ME LLAMA TODOS LOS DÍAS para ver si he parido. Y yo ya no lo puedo soportar más!!!! Es una de las personas a las que he ocultado que tengo teléfono fijo, para ver si la pasta que se le va en llamarme al móvil pudiera actuar como medida disuasoria. Pero nada.

-A mi padre le he dicho 250.000 veces que los sábados por la mañana asisto a clases de algo (para qué le voy a explicar ni de qué). Pues todos los sábados me empieza a llamar a las 10 de la mañana y como no se lo cojo, vuelve a llamar cada 10 minutos, seguramente convencido de que estoy pariendo y no le he avisado. Nadie imagina cómo se me hincha la vena cuando siento el vibrador CADA DIEZ MINUTOS!!!! Y claro: si en ese momento se lo cogiera, sería en un estado tal que me pondría a gritar "¡PERO ES QUE TODAVIA NO TE HAS ENTERADO DE QUE EL SABADO POR LA MAÑANA NO COJO EL TELÉFONO!!!" Y claro, no es plan, parece que queda feo.

-Mi amiga N*** me llama a diario para conocer el parte del día. Ella, que vive a 4 horas de aquí, tiene la pretensión de venir al hospital en cuanto haya echado a Feti de mi ser, y para ello pretende faltar al trabajo para hacer en el mismo día un viaje de 4 horas de ida y 4 horas de vuelta, con su bombo de 6 meses (también está embarazada); y para ello insiste cada día en que la llame a cualquier hora de madrugada para decirle que ya salgo para el hospital. Pero vamos a ver: ¿estamos todos locos? ¿Cómo le explico que NO ES BUENA IDEA QUE HAGA ESE VIAJE sin ofenderla y sin que parezca que pretendo hacerle un desprecio? ¿Cómo le explico que yo desde luego cuando ella para, 3 meses después, por supuesto que ni de coña estoy pensando en pegarme la paliza de viaje -y menos con un bebé de 3 meses- para hacer lo mismo por ella, luego no pienso corresponderle el gesto? ¿Cómo le explico que COMO SE LE OCURRA A ELLA LLAMARME DE AQUI A 3 MESES A LAS 4 DE LA MAÑANA PARA DECIRME QUE ESTÁ CON CONTRACCIONES, LA MANDO A LA MIERDA, ME DOY LA VUELTA EN LA CAMA Y SIGO DURMIENDO? Jajaja, la gente está grillada.

-Una cosa que me divierte mucho son los "frikis de los hospitales". La gente es harto masoquista. Mi tía, mi abuela, mi suegra, el otro, el de más allá, su primo, su puta madre y a ser posible las vecinas de todos los mencionados y de aquellos a los que he olvidado conscientemente o no, ESTÁN FRITOS POR TIRAR PARA EL HOSPITAL A SER POSIBLE CASI ANTES DE QUE YO INGRESE, (SERÁ PARA PILLAR UN BUEN SITIO EN LA SALA DE ESPERA), PASAR 12 O 14 HORAS CON CARA DE CIRCUNSTANCIA EN LOS PASILLOS Y POR SUPUESTO ASALTAR A TODO EL PERSONAL HOSPITALARIO QUE PASE POR ALLÍ PARA EXIGIRLE NOTICIAS SOBRE MI PROCESO DE DILATACIÓN. Llamadme loca, pero a mí todo esto me parece aberrante. Seguro que mi todos ellos ya han pensado lo que se van a poner para el evento.

De verdad, es que yo no saco nada con que haya gente en los pasillos esperando a que yo para. No sé cómo explicárselo a la gente para no ofender a nadie, pero es la realidad. Yo allí sólo necesito a mi pareja, que estará conmigo pariendo, como cosa suya que es. A mí, el hecho de que haya gente fuera esperando, sólo puede estresarme, y mucho más si es gente que va a estar sufriendo por mí, y alguna de ella hasta está mayor. Yo creo que un parto no debería ser para eso. Un parto no es una operación a vida o muerte, un parto es una cosa natural para la que cualquier mujer está preparada; las mujeres paren en todos sitios, muchas paren solas en un agujero que escarban en la tierra, otras paren en su casa, en la calle, o como pueden. No hay que hacer un drama de un parto, y menos siendo el caso que yo pariré en un hospital atendida por un equipo médico y contando con condiciones para solventar cualquier complicación hipotética.

A mi suegra por ejemplo sí le hemos explicado que nosotros no querríamos a nadie en el hospital. Pero no: no lo ha entendido. De hecho cada vez que llama a casa y nadie lo coge, me llama directamente al móvil histérica preguntando si ya estoy de parto y hemos tenido la poca vergüenza de no avisarla. Eso es lo que a ella le parece una buena idea: cuando se le pase por la cabeza que estoy de parto, llamarme a mí al móvil. Claro que sí, muy inteligente y considerado por su parte. A buen seguro que mientras empujo tengo ganas de pedirle perdón por no haberle dado cuentas antes sobre a dónde iba o no iba.

Pues así todo el mundo.

Y, ¿para qué quiere todo el mundo estar allí en primera línea, compitiendo en cara de circunstancia, durante las 12 horas que, como primeriza, puedo tardar en parir? Pues para exigir a mi novio que en cuanto Feti salga de mi ser, la saque a los pasillos para que todos se la pasen y la atosiguen presentándose y todo eso. Y a mí eso me causa auténtico terror. La pobre Feti, que lleva toda su existencia tranquilita flotando en mi líquido amniótico, donde no hace frío ni calor, donde come y duerme lo que le apetece, en pleno estado de paz; ahora la saco al mundo empujándola (siempre pensamos en el dolor de la madre, pero, ¿no debe ser un parto súper traumático para un feto?), y empieza a ser bombardeada por miles de estímulos que no conoce y por los que se sentirá agredida (luces, ruidos, gente que le hace pruebas). Para la pobre Feti todo es desconocido, pero si algo conociera, sería a mí; si algo necesitara, sería estar conmigo tranquila, y no que se la empiecen a pasar las abuelas en plena competición. Pero claro: cualquiera coge y le explica a las abuelas que cuando Feti nazca hagan el favor de irse a tomar por culo.

No le tengo miedo al parto, la verdad. Pero le tengo horror al circo de la sala de espera, a que la gente en su afán de protagonismo y de "cumplir con su papel social" atosigue a mi hija cuando la pobre acaba de nacer; y le tengo auténtico pánico al posparto ya en la habitación, jajaja…: yo destrozada tras 12 horas pariendo, y con mis rajas, puntos y lo que proceda, en una habitación con otras 2 paridas, sus bebés y los 50 familiares-coñazo de cada una de ellas; Feti intentando dormir en su cunita, escuchando de fondo a la jauría de majaras que se le acaban de presentar como “la familia”, y preguntándose por qué coño no se quedó para siempre en mi útero; y, por supuesto: mi padre, mi hermana, mi suegra, mi amiga, el otro, el de más allá, su primo, su puta madre, y las vecinas de todos ellos, SIN ENTENDER QUE NO ES QUE NO AGRADEZCA LA VISITA, ES QUE NO TENGO NI PUTAS GANAS DE CHARLA, jajajaja.

Tiene cojones que ante la proximidad de enfrentar un parto, mis mayores problemas y preocupaciones tengan que ser éstas: cómo hacer para no pelearme con todo el mundo, cómo no ofender a nadie, cómo sobrevivir a los 2 días de hospital... la gente no se da cuenta, pero esta parafernalia social que se monta en torno a un parto y que tiene como única finalidad que cada uno sienta que está ocupando el papel que le corresponde (de abuela, de mejor amigo, de tío predilecto) avasalla a personas que por encima de todo necesitan descansar y recuperarse (una recién parida) y adaptarse poco a poco a todo un mundo que desconocen y que seguramente les resulta agresivo (un bebé recién nacido al mundo).

Pero que sí: que cualquiera le explica esto a la gente.

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